Una vivienda que no cuente con un correcto aislamiento puede llegar a perder hasta un 25% de energía a través de las paredes. Una de las soluciones para evitarlo es utilizando recubrimientos de perfiles de aluminio. Con una instalación como esta, se cumple con dos objetivos, uno es el de aislar la vivienda y otro es el de proporcionar a nuestro hogar un toque decorativo.
Aluminio, un aislamiento efectivo y asequible para el hogar
Para aislar la pared se pueden utilizar perfiles de aluminio, láminas finas de muy poco espesor, muy ligeras, pero que son ideales para el revestimiento de las paredes y de techos.
Una de sus principales características es que reflejan el calor, evitando que este se vaya por las paredes.
Esto convierte a esta alternativa en una de las medidas principales que podemos tener en cuenta para no perder la energía calorífica del hogar durante los meses de frío del invierno
Hay que especificar que no se trata de tableros, sino que son perfiles de aluminio, por lo que entre uno y otro hay espacio suficiente como para que la pared pueda respirar y se airee. De esta forma, se evita que el calor reflejado en los perfiles de aluminio pueda calentar la pared y que cuando ésta se enfríe pueda producir condensación y esta, a su vez, pueda contribuir a la aparición de humedades y mohos.
La colocación de esta clase de perfiles es muy sencilla en la mayoría de casos. Existen varios modos para colocarlos; una forma es mediante grapas directamente sobre la pared o también gracias a algunos adhesivos especiales.
Asimismo, también hay otras alternativas como ir colocando los perfiles sobre unos raíles que previamente se han colocado en la pared, de forma que resultará mucho más fácil colocarlos uno por uno hasta cubrir la totalidad de la pared.